Siempre que salía de pequeña, y no tan pequeña, me encantaba mirar al horizonte.
Me imaginaba caminando hacia el, hasta llegar a lo que parecía el fin.
Sin embargo, al avanzar parecía que nunca llegaba y me detenía.
Y no es así, el horizonte lo tenemos al alcance.
¡Podemos llegar a el!
Lo que pasa es que siempre se nos abren nuevos horizontes.
¿Por qué?
Por qué las posibilidades que tenemos ante nosotros son infinitas.
Estoy aquí para acompañarte a alcanzar tu horizonte y para mostrarte cuántos horizontes más eres capaz de alcanzar.